La creación de la mayor zona de libre comercio del mundo
Ilustración propia utilizando recursos gráficos de freepik.com
Después de casi una década de negociaciones, finalmente se firmó este año el acuerdo sobre la “Asociación Económica Integral Regional”. Conoce todas las claves del tratado más trascendental de todos los tiempos, su impacto a nivel internacional y cómo logró desarrollarse durante la actual crisis sanitaria.
Infografía: RCEP - 8 claves del TLC más grande del mundo
Entre los antecedentes más destacables acerca del acuerdo más excelso de la región asiática, se recalca que, desde un inicio el acuerdo se planteó como un proyecto de integración regional liderado principalmente por China.
Cada una de las negociaciones giraron en torno al objetivo principal de impulsar un comercio justo en pro de estimular el crecimiento y desarrollo económico conjunto.
En 2015 tras haberse filtrado parte del texto del acuerdo donde se vislumbraba las verdaderas intenciones de Japón acerca de los derechos de propiedad intelectual, y su deseo junto a Corea del sur de incorporar a todos los países de la ASEAN a la UPOV (Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales), se originó un revuelo mediático impulsado por oposiciones políticas, sociales, y ambientales.
Si tan solo tenemos en cuenta datos como el total de la población, lo que equivale en términos del PIB y la cantidad de
consumidores que abarca la asociación, será posible entender la magnitud del tratado al que se está enfrentando la economía global.
El porqué es considerada la mayor zona de libre comercio en el mundo, se debe principalmente a que tan solo la alianza permite eliminar más del 90% de los aranceles aplicables a los bienes intercambiables entre los países miembros; lo cual, ocasionará que las cadenas de suministro regionales se fortalezcan y acorten.
Dicha estrategia traerá consigo que muchas de las inversiones realizadas en occidente se relocalicen en los países miembro de la RCEP. Además, la armonización de las normas permitirá que el alcance de la integración sobrepase las limitantes existentes en los acuerdos bilaterales que hay entre la ASEAN y sus socios.
Mientras que las tensiones comerciales y diplomáticas de China y Estados unidos siguen, la RCEP supone para el grande americano una amenaza clara. Uno de los principales objetivos de Pekín al liderar y promocionar el acuerdo fue de hecho contrarrestar la influencia de Washington hacia la región Asia-Pacifico durante el gobierno de Obama.
Ilustración representativa a la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Todo jugó a favor de China con la llegada de la administración Trump en el país americano, ya que, casi inmediatamente de que Donal Trump adquiriera el cargo en la presidencia, ordenó la salida de USA del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. Esto obligo a Japón a elegir a la RCEP sobre el TTP, y a China con dicho nuevo empuje a reactivar las negociaciones y firmar el acuerdo este mismo año. Esto hizo que China sacase a relucir su poder e influencia como el mayor exportador e importador del mundo.
Esto hizo que China sacase a relucir su poder e influencia como el mayor exportador e importador del mundo.
Aunque hasta ahora se ha hablado de los aspectos positivos del tratado, no hay que olvidar que desde un principio existieron algunos intereses de por medio que no favorecían a los comercios mundiales excluidos del tratado.
En el caso de India quien de hecho llegó a ser miembro de la RCEP, su posición en el acuerdo fue vulnerable cuando su miedo por ser la única economía con déficit en su balanza comercial gobernó su pensamiento; esto provocó que su salida fuese repentina pero esperada. India afirmó que: “no permitiría que su mercado se inundara de productos chinos que afectaran la industria nacional”.
La implicación que tiene la RCEP para América Latina, que desde hace algunos años atrás había logrado progresar en sus relaciones comerciales con Asia en las últimas décadas, es contraria a la problemática de India. El impacto negativo principal que representa el acuerdo para Suramérica es una dilatación en el crecimiento comercial que afecta principalmente a los negocios basados en cadenas de suministro globales.
Sin embargo, desde una perspectiva positiva la armonización de normas comerciales les facilitará a las compañías originarias de américa latina establecerse y contar con mayor presencia en los países asiáticos. Además, aquellos países latinoamericanos que aún no han hecho parte de este tipo de megaacuerdos, podrían contemplar tocar las puertas de un gran mercado asiático como este que diversifique e integre el crecimiento de sus regiones.